Tras estar condenados a una muerte segura, cinco años después, más de 700 animales lograron una segunda oportunidad. “Era desgarrador ver sus caras de miedo; no se dejaban tocar, pensaban que les ibas a lastimar”, relató un joven de la ONG responsable del rescate.
En agosto de 2019 se encontraron más de 1000 caballos abandonados en deplorable estado, desnutridos, lastimados, casi al borde de la muerte, en un campo de Ezeiza, en donde su destino parecía estar escrito: el matadero. Ese lugar se catalogó en aquel momento como “el campo del horror”.
Sin embargo, gracias a la intervención de los vecinos que denunciaron lo que estaba ocurriendo, a la policía que fue al lugar y a una ONG que se encargó de rescatarlos, el destino de estos animales, que parecía que no tenía vuelta atrás, cambió. Alrededor de 700 caballos, los que aún seguían vivos, pudieron tener una segunda oportunidad. Una segunda vida.
La causa del “campo del horror” marcó un antes y un después en la historia del rescate equino, ya que fue el rescate más grande de toda Latinoamérica. “Fue una locura, esos caballos eran piel y hueso, no tenían un gramo de grasa. Era terrible ver las caras de miedo que tenían, no se dejaban tocar porque pensaban que les ibas a pegar”, contó a TN uno de los estudiantes de veterinaria que llevan adelante el CRRE, la ONG que se encargó de devolverles la vida.
El objetivo principal en ese entonces fue sacarlos de donde estaban, recuperarlos tanto fisiológica como emocionalmente para que después puedan ser dados en adopción. Hoy en día, a cinco años del maltrato, todos los caballos del “campo del horror” pudieron tener una segunda oportunidad.




