Con el objetivo de reducir el uso de agroquímicos, esta técnica se posiciona como una alternativa para manejar la competencia entre plantas, alineándose con los objetivos europeos para 2030.

En un contexto donde los productores deben lidiar con malezas resistentes y la reducción del uso de agroquímicos, la alelopatía emerge como una estrategia prometedora. Este fenómeno, según un artículo de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), se refiere a la capacidad de las plantas de influir sobre otras mediante sustancias que liberan al suelo o al aire, ayudando a gestionar la competencia por recursos como agua, luz y nutrientes.

Hugo Permingeat, docente e investigador de la FCA-UNR, detalló en la revista de Aapresid de diciembre cómo este fenómeno podría aplicarse al control de malezas. La alelopatía frena el crecimiento de otras plantas mediante compuestos químicos llamados aleloquímicos, mientras que la alelobiosis permite a las plantas reconocer a sus vecinas a través de señales químicas. Estas interacciones, que ocurren tanto dentro de una misma especie como entre diferentes especies, se producen a través de exudados radiculares y sustancias volátiles de las hojas.