Al ser consultado por modelos de gestión, Leandro Santoro sorprendió al elogiar a Córdoba: “Mi modelo es Córdoba, provincia gorila si las hay”. La frase, lanzada sin titubeos, generó desconcierto incluso entre sus simpatizantes.

Esa elección como referencia de gestión no solo choca con el ADN histórico del peronismo, sino que parece renegar de la tradición nacional y popular del peronismo. Córdoba, gobernada por años por sectores conservadores y opositores al kirchnerismo, representa para Santoro un modelo a seguir.

La declaración fortalece la idea de un Santoro cada vez más alejado de las raíces peronistas. Una apuesta a la moderación que puede dejar sin representación al votante popular que busca una oposición clara al modelo libertario.