Las motos concentran casi la mitad de las víctimas fatales en accidentes de tránsito. El uso del celular al volante, por su parte, se volvió una causa creciente de siniestros. La distracción y la falta de control exponen cada vez más vidas.
Los datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial muestran una realidad preocupante: el 46% de las muertes en siniestros viales corresponde a motociclistas. A esto se suma que el uso del celular mientras se maneja provocó el 8% de los accidentes fatales en 2024. En conjunto, motos y dispositivos móviles se convirtieron en una amenaza constante en calles y rutas.
Las distracciones digitales generan una especie de “ceguera vial” momentánea. Leer un mensaje o desbloquear el teléfono durante apenas tres segundos puede equivaler a recorrer más de 30 metros sin mirar el camino. La comparación con manejar alcoholizado no es exagerada: el riesgo y la pérdida de reflejos son similares.
A esto se suma que, en muchas ciudades del país, la moto es el vehículo familiar por excelencia, lo que implica más personas expuestas y menos medidas de seguridad. La falta de transporte público y los bajos costos de mantenimiento explican su masividad, pero también su vulnerabilidad ante cualquier accidente.
En paralelo, la dependencia del celular no distingue vehículo ni contexto: autos que no arrancan con el semáforo en verde, frenadas bruscas o maniobras peligrosas por atender una llamada son escenas comunes. El 66% de los conductores admite usar el celular mientras maneja, una cifra que evidencia un problema cultural más que individual.




