Durante la misa por el fallecimiento del Papa Francisco en la Iglesia San José de Flores, Leandro Santoro fue captado saludando con un beso a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Este gesto generó críticas en redes sociales y entre sectores del peronismo, que cuestionaron la coherencia entre su discurso opositor al gobierno de Javier Milei y su actitud cordial con una de sus principales figuras.
La imagen de Santoro y Villarruel provocó un fuerte debate interno en el peronismo, donde algunos dirigentes consideraron que el gesto debilitaba la postura firme que se intenta mantener frente al oficialismo.
Para estos sectores, el saludo afectuoso contradice los esfuerzos por construir una oposición sólida y dejó expuesto a Santoro a cuestionamientos sobre su compromiso con la estrategia política del espacio.
Por su parte, fuentes cercanas a Santoro buscaron relativizar el episodio, señalando que se trató de un acto de respeto en el marco de una ceremonia religiosa, y no de un aval político. Aseguran que el diputado mantiene intactas sus críticas hacia las políticas del gobierno de Milei y que su conducta en un contexto de duelo no debería ser interpretada como un gesto de acercamiento ideológico.




