La miniserie de Netflix expone cómo la violencia escolar y la soledad digital pueden llevar a un adolescente a cometer un crimen, y plantea una urgente reflexión sobre el rol de los adultos en la prevención.

La miniserie Adolescencia, disponible en Netflix, ha generado un profundo debate sobre las problemáticas que enfrentan los jóvenes en la era digital. La trama sigue a Jamie Miller, un adolescente de 13 años acusado del asesinato de una compañera de clase. A medida que avanza la historia, se revela una compleja red de acoso escolar, cyberbullying y negligencia adulta que desemboca en una tragedia.

Jamie es retratado como un joven inseguro y retraído, víctima constante de burlas tanto en la escuela como en las redes sociales. La serie destaca cómo la falta de atención y comprensión por parte de padres y docentes puede dejar a los adolescentes vulnerables frente a situaciones de violencia y exclusión.

Una escena impactante muestra al detective del caso visitando la escuela de Jamie, donde se encuentra con docentes desbordados y desmotivados, incapaces de manejar la indisciplina y el acoso entre alumnos. Este retrato pone en evidencia la necesidad de una mayor implicación y formación por parte de la comunidad educativa para detectar y abordar estos problemas a tiempo .

En el ámbito familiar, la serie muestra a padres presentes pero emocionalmente distantes. El padre de Jamie, aunque trabajador y responsable, no logra establecer una conexión afectiva con su hijo, mientras que la madre, aunque preocupada, no profundiza en el mundo digital que consume al adolescente. Esta dinámica familiar refleja cómo la falta de comunicación y empatía puede contribuir al aislamiento de los jóvenes .

Adolescencia no solo narra una historia ficticia, sino que sirve como un llamado de atención para padres, docentes y la sociedad en general sobre la importancia de estar presentes, escuchar y comprender a los adolescentes en un mundo cada vez más digitalizado y complejo.