Por tercera vez consecutiva, Leandro Santoro vuelve a postularse en la Ciudad de Buenos Aires. En 2021 quedó detrás de Vidal, en 2023 perdió con Jorge Macri y ahora vuelve a competir sin grandes cambios en su estrategia. Su reiteración sin triunfo refuerza la idea de que es un candidato que no logra romper su techo ni consolidarse como alternativa real en el distrito.
Si se contempla su candidatura a vicejefe de Gobierno junto a Recalde en 2019, esta sería la cuarta vez que se postula en una elección porteña. En este caso, acompañado de polémicas figuras como el “Pitu” Salvatierra -condenado a siete años por robo calificado con arma de fuego- Santoro encabezará la lista del frente “Es Ahora Buenos Aires”.
A pesar de su persistencia, Santoro parece no encontrar una narrativa que logre captar el entusiasmo del electorado porteño, tradicionalmente más inclinado hacia propuestas de corte liberal o centrista. Su perfil progresista, alineado con el kirchnerismo, no termina de calar en una ciudad que ha consolidado su apoyo a figuras del PRO en las últimas dos décadas.
Además, su decisión de sostener alianzas controvertidas despierta cuestionamientos incluso dentro de su propio espacio. Algunos dirigentes peronistas locales consideran que su falta de renovación en el discurso y la estrategia, sumada a la incorporación de candidatos con antecedentes penales, puede terminar por debilitar aún más su ya limitada competitividad electoral.




