Según el último informe de Global Payments Report, el uso de efectivo como medio de pago sigue en descenso en Argentina y la tendencia continuará de forma marcada en los próximos años. El estudio, elaborado por la firma Worldpay, proyecta que para 2030 el efectivo representará solo el 16% de las transacciones, frente a métodos digitales que ganan terreno de forma sostenida.

Actualmente, las billeteras digitales lideran el uso en puntos de venta con un 25% de participación, lo que ubica a Argentina como el país con mayor adopción en la región. En segundo lugar se encuentra el efectivo (también con 25%, aunque en caída), seguido por tarjetas de débito y prepagas (21%), tarjetas de crédito (20%) y transferencias de cuenta a cuenta (8%). El sistema de financiamiento compre ahora, pague después completa el listado con apenas un 1%.

¿Qué medios dominarán el futuro?

De cara a 2030, el informe anticipa que las billeteras digitales alcanzarán el 39% de participación, seguidas por los pagos cuenta a cuenta (17%), mientras que las tarjetas de crédito y débito caerán al 15% y 13%, respectivamente.

“Todos los medios de pago crecieron compitiendo contra el efectivo. Hoy, el único que cae es el billete”, explicó Juan Pablo D’Antiochia, gerente general de Worldpay para Latinoamérica. “No vamos a dejar de usarlo completamente, pero en los grandes centros urbanos ya casi no se utiliza. Buenos Aires está muy cerca de eso”, agregó.

Además, destacó que la digitalización simplifica la operatoria diaria, especialmente en zonas donde acceder a un cajero implica trasladarse a otra localidad. La reciente ley que permite pagar propinas de forma digital también habría debilitado uno de los últimos bastiones del uso del efectivo.

Transformación irreversible

El informe de Worldpay, basado en datos de 40 mercados globales, muestra un cambio de hábitos que se aceleró tras la pandemia, impulsado por la expansión de nuevas tecnologías de pago y una mayor inclusión financiera.

Argentina no es la excepción: la población adopta nuevas formas de pago por conveniencia, seguridad y velocidad, y el ecosistema comercial se adapta para no quedar afuera.